viernes, 3 de junio de 2011

RETROCESO NUCLEAR (EL PAÍS)

El País publicó el pasado 31 de Mayo un editorial bajo el título "Retroceso nuclear" referido a la decisión del gobierno alemán de echar el cierre a sus centrales nucleares de aquí a 2022 al considera que será irresistible la presión de la opinión pública al respecto tras el gravísimo accidente de Fukushima.

Se trata, desde luego, de una decisión política, pero no por ello pierde algo de su enorme significado. Angela Merkel ha mostrado una impresionante debilidad y volubilidad en este área y ha tomado finalmente esta decisión, de muy difícil retorno, aun a costa de castigar al socio liberal en su Ejecutivo.

La decisión alemana es, pues, una sorpresa relativa. Fukushima ha encarecido enormemente (en todos los sentidos) cualquier proyecto de producción atómica y la financiación de inversores privados resultará prácticamente imposible en los próximos años. Éste es el motivo del cierre nuclear alemán y no tanto, desafortunadamente, la verdadera consideración del riesgo inherente a la generación nuclear.

El apagón alemán tendrá un efecto arrastre, pero es poco probable que modifique las decisiones de inversión en Francia o EE UU, que disponen de tecnología propia. Tampoco es evidente que países con ambiciosos programas nucleares (aunque ahora en moratoria) como China vayan a renunciar a ellos.

En el citado editorial se vuelve a colar, sin embargo, el falso mito de que la producción eléctrica con energías renovables es más cara que la procedente de energía nuclear o de combustibles fósiles. Una vez más, si incluyéramos en los costes de producción nuclear los derivados de la construcción de las centrales, procesamiento de residuos, seguros ilimitados de responsabilidad civil y de daños ocasionados por los desastres, sólo en términos económicos, esta energía sería mucho más costosa que la de origen renovable. Y eso sin tener en cuenta otros factores difíciles de cuantificar, como el legado de residuos radiactivos que dejamos a las generaciones futuras.

Las energías renovables ayudan a conseguir la transición hacia un modelo energético nuevo, sostenible y limpio. Según la Agencia Internacional de la Energía, cada año de retraso en inversión en energías renovables implica un coste extra de 500.000 millones de dólares.

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