Francamente el asunto me suena a broma pero, por si acaso, os cuento que, según un estudio de la Universidad Loughborough (Reino Unido), pintar las turbinas de otro color distinto del tradicional podría reducir sensiblemente los incidentes con aves, murciélagos, etc.Parace ser que el morado sería el color más apropiado ya que repele a los insectos que, en la actualidad y por alguna extraña razón, son atraídos hacia las turbinas y, a su vez, atraen a otros seres vivos, con el consiguiente riesgo de accidente.
A ver quién es el primer valiente que lo incorpora en su Estudio de Impacto Ambiental de un parque.
No hay comentarios:
Publicar un comentario