CAFÉ PARA TODOS (O LA CUADRATURA DEL CÍRCULO)

El presidente de Unesa Pedro Rivero presentó hace unos días un libro sobre "La situación económica financiera de la actividad eléctrica 1998-2009", situación que calificó de crítica y con potenciales lagunas a la hora de financiar el déficit de tarifa (casi 20.000 millones de euros en 2010) y acometer las inversiones necesarias para cubrir la garantía de potencia en 2020.

Y es que según el Sr. Rivero el actual sistema eléctrico español está muy descompensado y funciona en claro beneficio de las pocas empresas cuya generación se basa exclusivamente en las energías renovables o que realizan su actividad dentro del Régimen Especial. Las Empresas que integran Unesa (casi el 80% del sistema) estarían soportando ellas solas el coste de la garantía de potencia. ¿Cómo equilibrarlo?

Pues distribuyendo entre todas, incluidas las renovables, ese coste; en definitiva, que estas energías estén "a las duras y a las maduras".

En el documento se demanda que los ciclos combinados, que garantizan la cobertura de la potencia del sistema cuando no pueden funcionar las renovables, reciban (¡faltaría más!, aquí todo el mundo pide) una remuneración suficiente e ininterrumpida que garanticen su viabilidad económica. "Antes de 2020, incluso con un crecimiento de apenas un 1-2% anual, habrá que construir unidades de generación por más de 20.000 MW. La pregunta es quién las va a financiar si no resulta rentable construirlas".

¿Soluciones para resolver el desequilibrio del sistema? Desde cargar las primas ¡a los Presupuestos Generales del Estado! hasta repartir entre todas las empresas el sufragio de las primas, pasando por colocar a las empresas de renovables en el Régimen General.

Y para concluir con el manido argumento de que en 2009 los consumidores sufragaron a través de la tarifa eléctrica 6.215 millones de primas a las renovables de manera que, de cada 100 euros que pagan los consumidores, 22,5 euros se destinan a las primas al Régimen Especial. Cambiad ya el rollo, por favor. ¡Ah! Y que eso de que las hidraúlicas y las nucleares están disfrutando de unos beneficios "caídos del cielo" (windfall profits) procedentes de las tarifas es una falacia.