miércoles, 27 de abril de 2011

FUKUSHIMA NO ES CHERNÓBIL

Me fastidia de verdad publicar dos posts consecutivos relativos a la energía nuclear puesto que, si para algo está este blog, es para promover el desarrollo de las energías renovables e insistir en la necesidad de un cambio de modelo energético; pero es que da la casualidad de que acabo de leer un muy buen artículo de Antonio Barrero en Energías Renovables titulado "Fukushima no es Chernóbil, es Fukushima" y no he resistido la tentación de incorporarlo en este blog.

Y es que ya empezamos a estar más que hartos de que nos insistan hasta la saciedad en ese mensaje vacuo y nos quieran hacer comulgar con ruedas de molino. ¿O es que los japoneses han sido claros desde el principio y han explicado con pelos y señales lo que había pasado, lo que estaba pasando y lo que podía pasar? Lejos de eso, han ido dosificando la información para evitar que el asunto se les vaya de las manos en los medios y con ello mantener la idea de que la crisis que les ocupa está controlada.

Vamos a ver, que me expliquen que, a estas alturas de la Historia, la Organización Internacional de la Energía Atómica tarde semanas en elevar el accidente a la categoría máxima y que incluso ahora nos quieran hacer la del trilero y cambiar las reglas del juego revisando la escala de calificación. ¿A qué estamos jugando?

En estos días se han cumplido 25 años de la tragedia de Chernóbil, un enclave en el que hoy sigue campeando la radiactividad y donde Greenpeace ha confirmado que siguen detectándose "altos niveles de contaminación radiactiva en alimentos básicos". Probablemente, dentro de 25 años suceda lo mismo en los alrededores de Fukushima, aunque "no sea lo mismo"; allí, de momento y en todo caso, ya se ha detectado radiactividad en leche de la zona.

De Chernóbil, con retraso, fueron evacuados a un exilio definitivo decenas de miles de seres humanos. En Fukushima ha pasado exactamente lo mismo: exilio. Pero, una vez más, nos dicen que "no es lo mismo". ¿Será porque las autoridades japonesas van a permitir el acceso a la zona durante unas horas para recoger lo que cada cual estime oportuno? ¿Para recoger qué, digo yo?

Fukushima no es Chernóbil, es Fukushima. ¿Y eso es mejor o peor? He aquí algunos datos para responder a esta pregunta:

  • El accidente de la central de Chernóbil era hasta la fecha el único en el que se había alcanzado la categoría de nivel 7 (la más alta) en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares y liberó una cantidad de material radiactivo de entre cien y quinientas veces la desencadenada por la bomba de Hiroshima

  • En Chernóbil, oficialmente, 31 víctimas directas, 4.000 muertes indirectas (cáncer), más de 330.000 personas “relocalizadas”, 600.000 trabajadores expuestos y más de cinco millones de afectados en áreas “contaminadas” en Bielorrusia, Rusia y Ucrania

  • La catástrofe tuvo lugar durante una prueba de seguridad, fue ocultada por las autoridades soviéticas durante varios días y detectada por científicos suecos que hallaron partículas radiactivas en las ropas de los trabajadores de la central nuclear de Forsmark, sita a unos 1.100 kilómetros de Chernóbil

En cuanto a los efectos para la salud y el medio ambiente del accidente de Chernóbil hay opiniones muy diversas: 5.000 víctimas adicionales según un estudio de la revista Nature de Abril de 2006, 270.000 casos de cáncer (90.000 mortales) de acuerdo con un informe encargado por Greenpeace, enfermedades varias generalizadas (50 ó 60 veces más de lo habitual) entre la población según la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear (sistema endocrino, aparato digestivo, tejidos cutáneo y subcutáneo, sistema musculoesquelético, disfunciones psicológicas)

Bueno, vale, acepto pulpo como animal de compañía. Fukushima no es Chernóbil. ¿Y eso es mejor o peor? El tiempo, como siempre, nos lo dirá pero no hay por qué pensar que finalmente se diferencien demasiado.

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