jueves, 3 de marzo de 2011

SEBASTIÁN Y LAS RENOVABLES

Hay un refrán muy español que dice "piensa mal y acertarás". Pues bien, no me queda más remedio que aplicárselo a nuestro Ministro de Industria, Miguel Sebastián, y a su (aparente) pernicioso efecto sobre las energías renovables en nuestro país.

En efecto, desde que contamos con el dudoso privilegio de contarle entre nuestros máximos gobernantes, parece claro que, desde que tomó posesión (Abril de 2008), no hemos visto sino una sucesión de Reales Decretos a cada cual peor para la promoción de nuestra energías (inseguridad jurídica, retroactividad, recortes de primas, etc.) y la extensión generalizada de la idea de que éstas están en el origen de todos los males de nuestro sistema eléctrico, en particular del déficit tarifario.

Eso sí, cuando salimos al extranjero, sacan pecho, van de "verdes" y presumen de lo buenos que somos en este sector. Vamos, que mienten como bellacos porque es un hecho que en cinco meses de 2009 pasamos de ser la Meca de las renovables a nivel internacional a una situación calamitosa de cara a favorecer las inversiones en nuestro país.

Pero la verdad es que tan peligrosas para los renovables (especialmente para la fotovoltaica) como Sebastián está resultando ser el lobby de las compañías eléctricas, algunas de ellas propietarias de instalaciones renovables, sobre todo hidráulica y eólica. Cuando se han llenado los bolsillos con el "pastizal" de la moratoria nuclear, de los famosos CTC (costes de transición a la competencia) y de las subvenciones a la utilización del gas y del carbón, ahora resulta que todos los males de la subida del precio de la electricidad se ciñen a las primas que reciben las renovables. ¡A otro con ese cuento! Porque no hay más que ver que las pobres cuentas de resultados de todas ellas en 2009 (beneficios de Endesa de 3.430 M€, de Iberdrola de 2.824 M€ y de Gas Natural-Fenosa de 1.190 M€), y ello a pesar de las partidas pertinentes para pagar a los ex-presidentes González y Aznar (perdón por la demagogia)

Y todavía estamos esperando la regulación administrativa de, por ejemplo, la mini-eólica con conexión a red, la fotovoltaica distribuida y otras, y eso sin hablar de la penosa marcha de las centrales de biomasa y biocombustibles y la eólica offshore.

Y todo esto con una dependencia energética de España del extranjero superior al 80, cuando la media europea ronda el 50%. ¿Quién arregla este "cristo"?

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