jueves, 28 de octubre de 2010

DE INGENIEROS Y EÓLICOS (Diario Montañés)

Un vocal de Cantabria Nuestra, asociación integrada en CORE (Cántabros por la Ordenación Racional de la Energía Eólica) muestra en su escrito una mezcla de tristeza y esperanza por los últimos movimientos registrados en la Comunidad en el desarrollo de su (aún incipiente) Plan Eólico. Trasluce una clara oposición al planteamiento del Gobierno regional (lo califica de propaganda) y sigue echando de menos «una óptima política de ordenación del territorio» para oponerse a lo que llama dislate eólico.

Desde la (loable) defensa del patrimonio cultural y natural de la región, no se opone a la (discrecional, esto de mi cosecha) aprobación de los 300 MW eólicos impulsados por el Gobierno y sí al desproporcionado plan eólico de los 1.500 MW (brutal, también de mi cosecha: todavía recuerdo una terrible presentación del Director General de Industria de Cantabria donde hacía un cálculo de la potencia eólica instalable en base simplemente a la superficie de la región, a la de las zonas "vetadas" y a la distancia a respetar entre aerogeneradores) por no ser compatible con la legislación vigente.

No me extraña que surjan dudas sobre este Plan Eólico cuando, por ejemplo, un miembro del Gobierno regional llegó a hablar de creación de empleo asociada al plan eólico por encima de los 50.000 puestos de trabajo, de calidad y en sectores estratégicos y de futuro, faltaría más.

Para rematar la faena, el articulista utiliza fuentes de información sindicales para afirmar que el empleo generado por la eólica es precario y fugaz (vinculado a la obra civil inicial) y no puede ser la base de ningún cambio de modelo productivo,

Vamos, que nos siguen saliendo buenas novias (y buenos novios, para respetar las actuales normas de Igualdad) allí donde asomamos la nariz.

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