EL EJEMPLO ALEMÁN (I)

De todos los que vivimos de cerca este mundo de las renovables es conocido el enorme auge de este sector en el país de Dª Angela Merkel, no sólo ahora que parece que van a recibir un impulso con el anunciado apagón de las centrales nucleares (veremos qué ocurre) sino en los (muchos) últimos años que han sembrado el país de aerogeneradores, plantas de biomasa y paneles solares y han imbuido un alto grado de conciencia ecológica en su población.

Por otro lado, se trata de una actividad que en 2010 movió en Alemania 25.000 millones de euros por ventas de maquinaria y tecnología en el mercado interno y 12.000 millones en concepto de exportaciones. Este nuevo motor económico creó en sólo diez años 370.000 puestos de trabajo y se espera que lleguen a ser 500.000 en 2020 en base sobre todo a una demanda interna incentivada por una ingeniosa regulación estatal y a una exportación impulsada por el constante desarrollo tecnológico de los equipos que se usan para generar energía limpia.

La energía renovable evidencia ser no sólo la mejor opción para cumplir con su plan de reducir la contaminación sino además una gran oportunidad de negocios para el país y todo un creciente sector industrial. "Es un beneficio para el ambiente, pero también para la economía".

Como ejemplo, la empresa Enercon, con sede en Magdeburgo, cuenta con 13.000 empleados (8.000 en Alemania) y suma 1.200 millones de euros de facturación anual pero aún se considera una pyme, como la mayoría de las empresas del sector. Afirman que, con el petróleo, la creación de valor está en otros países pero, con las renovables, ese plus se queda en su país: Y tienen razón puesto que la industria local ocupa la primera posición tecnológica en el mundo.

Otro sector en ascenso es el de la energía fotovoltaica, donde la industria alemana produce celdas y paneles con la tecnología más moderna del mundo. Con una facturación en 2010 de 620 millones de euros y 45% de sus ventas en el exterior, Solon es un fiel exponente de este rubro, que se expande por toda Europa.

Y hay otros muchos ejemplos en estos sectores y en el de la movilidad eléctrica, el biogás, la biomasa y otros más. Alemania apuesta fuerte por las energías renovables con su tecnología de vanguardia y con un modelo legislativo que fue copiado por muchos países y que, de lograr exportarlo al mundo entero, garantizará por muchos años la demanda global de infraestructura verde.

¿Objetivos? Llegar a 2050 con 60% de su matriz energética constituida por renovables. Y obviamente van por buen camino.