martes, 28 de febrero de 2012

EL EJEMPLO DE SONNENSCHIFF

El Sol es la fuente de energía por antonomasia, aquélla de la que, más o menos directamente, proceden todas las conocidas a día de hoy. La energía solar es la principal fuente de energía para la vida y también la responsable de la mayor parte de los fenómenos meteorológicos, fundamentales a su vez para el abastecimiento energético humano.

España alberga muchas de las mayores plantas solares del mundo y, sin embargo, este tipo de energía aún ocupa un lugar casi insignificante en el cómputo global; según datos de REE, en 2010 apenas el 3% de la energía eléctrica consumida en la Península provenía del aprovechamiento directo de la energía solar, mientas que dos tercios de esa energía consumida provenían de fuentes no renovables.

Y, a pesar de todo, las ciudades solares son posibles. Y resulta sorprendente saber que la mejor prueba de ello la encontramos en Alemania, en Sonnenschiff, un pequeño barrio que produce cuatro veces más energía de la que necesita para el abastecimiento de sus vecinos y que es un ejemplo de sostenibilidad. ¿Cómo lo han logrado? Facilísimo, con una correcta planificación de las construcciones, orientadas de forma que los paneles que cubren los tejados reciben la luz del sol de forma óptima, con depuradoras que reciclan el agua de lluvia con la que después se riegan los jardines, con la utilización de "aguas grises" para los cuartos de baño, con la instalación de calderas de biomasa para la calefacción en invierno, con buenos aislamientos, etc.

El ahorro energético alcanzado se sitúa hasta en el 90% si comparamos las cifras con las de edificios tradicionales. Y ello es válido tanto para viviendas residenciales como para edificios comerciales, industriales y públicos.

Esto en un país con un nivel de insolación relativamente bajo. ¿Qué no seríamos capaces de hacer en España si nos lo propusiéramos de verdad?

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